¿Qué provoca la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide provoca limitaciones funcionales, lo que repercute negativamente en la calidad de vida de las personas.
Tratamientos y medidas para la artritis reumatoide
Además del tratamiento farmacológico, existen otras medidas que se pueden seguir y que ayudarán a convivir mejor con la enfermedad.
Como se comentó en una entrada anterior, desde el departamento de Terapia Ocupacional vamos a dar una serie de consejos para las personas con artritis reumatoide:
Descansa correctamente
El descanso, con un número adecuado de horas de sueño, mejora la sensación de cansancio y fatiga que suele producir la enfermedad. Se recomienda dormir entre ocho y diez horas diarias.
En algunas personas el cansancio puede ser muy intenso, llegando a ser el síntoma predominante, incluso más que el dolor. En los periodos en que tus articulaciones estén más inflamadas, dedica un rato a descansar a media mañana y por la tarde, y aprende a regular mejor el ritmo de tus actividades. Mantén horarios regulares. En las fases de reagudización de la enfermedad es importante el reposo de las articulaciones inflamadas.
Comienza el día con una ducha o baño de agua caliente
Una ducha o baño de agua caliente puede ayudarte a disminuir la rigidez en las articulaciones o el agarrotamiento matutino que puedes sentir al despertarte por la mañana.
Mueve tus articulaciones
Mueve tus articulaciones al menos una vez al día y practica ejercicio de manera regular
La actividad física es una parte importante del tratamiento. El ejercicio mejora la rigidez y la limitación de los movimientos causados por la artritis. También, puede mejorar la flexibilidad, puede fortalecer los músculos, mejorar el sueño, fortalecer el corazón, ayudar a adelgazar y mejorar la apariencia física. Por tanto, es fundamental hacer ejercicio, incluso desde el inicio de la enfermedad, para mantener la movilidad completa de las articulaciones.
Realiza ejercicio físico suave evitando deportes de contacto físico y/o de alto impacto. Elige actividades aeróbicas como caminar, nadar o montar en bicicleta estática. Los ejercicios dentro del agua son una buena opción, porque ejercen menos tensión en las articulaciones que el ejercicio que se practica en tierra, especialmente cuando ya existe daño en las articulaciones que soportan el peso del cuerpo. Practícalos tres días a la semana durante treinta minutos, sin llegar a cansarte. Siempre comenzar lentamente y con poca actividad y modificar la actividad si los síntomas de artritis aumentan.
Durante los periodos de mayor inflamación, realiza ejercicios para mantener el rango de movimiento de la articulación, así como ejercicios isométricos, evitando mover la articulación inflamada, pero contrayendo los músculos que la rodean.
Evita esfuerzos intensos o movimientos repetitivos
Evita esfuerzos físicos intensos o actividades que impliquen un movimiento repetitivo de las articulaciones afectadas, así como una fuerza excesiva con las manos, por ejemplo, abrir tapas de rosca.
También, evita las actividades que te obliguen a estar de pie mucho tiempo, en la misma posición sin moverte.
Cuida las articulaciones
Existen férulas y otros dispositivos que pueden reducir el dolor y el hinchazón de las articulaciones. Hay productos de apoyo para las actividades de la vida diaria como tiradores de cierre, calzadores de mango largo, cubiertos adaptados, etc. Consulta con un terapeuta ocupacional para que te asesore sobre los productos de apoyo que puedes utilizar en las actividades de la vida diaria, así como el tipo de férula que mejor se adapta a tus necesidades.
Cuida la postura
Si permaneces sentado durante largos periodos de tiempo, mantén la espalda recta, apoyada contra el respaldo y con los antebrazos en los reposabrazos. Tómate una pausa de cinco minutos cada hora para caminar y estirar los músculos.
Elige un calzado apropiado
Usa un calzado elástico pero firme, con el talón sujeto, la puntera ancha y el empeine alto, para evitar el roce con las articulaciones, sobre todo si están deformadas.
Reduce los episodios de estrés y evita el tabaco y el alcohol
Recuerda que el estrés y el tabaquismo son factores de riesgo de la artritis reumatoide. Controla también el alcohol que tomas y sigue una dieta equilibrada y variada.
Evita el sobrepeso y la obesidad
Sigue una dieta saludable, para ayudar a reducir la tensión sobre las articulaciones.
Busca apoyo emocional
Tus amigos y familiares pueden ayudarte con apoyo emocional, comprendiendo y aceptando tus limitaciones y prestándote ayuda física. No te aísles y sal con tus amigos y familiares. Busca apoyo de tus seres queridos. También, puedes apuntarte a una asociación de pacientes. Compartir las dificultades con otras personas con artritis reumatoide es de gran apoyo psicológico y es la mejor manera de estar informado, pues las repercusiones físicas y emocionales son distintas en cada persona y dependen de la gravedad de la enfermedad, de su actitud ante la misma, de la disposición para intentar adaptarse a su vida cotidiana y del apoyo del entorno.
Infórmate sobre la enfermedad
Es importante que participes de forma activa en la toma de decisiones para que el tratamiento se adapte a tu evolución y necesidades, haciendo más llevadera la convivencia con esta patología.
No obstante, ante cualquier duda, pregunta a nuestro departamento de Terapia Ocupacional.
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