Las praxias son movimientos o secuencias de ellos de forma voluntaria que nos permiten llevar a cabo actos, como saludar, peinarnos, escribir o dibujar. Son imprescindibles en la realización de las actividades básicas e instrumentales de la vida de cualquier persona, y suelen deteriorarse cuando aparece una enfermedad neurodegenerativa.
Existen diferentes tipos de praxias:
Praxias ideomotoras. Estas se refieren a movimientos sencillos o simples que implican una intención, como por ejemplo la de comunicarnos al saludar o decir adiós con la mano, el gesto del saludo militar, hacer el símbolo de la victoria con los dedos índice y corazón o el símbolo de ok con el pulgar hacia arriba.
Praxias ideatorias. Son las que permiten usar objetos de forma adecuada, como cuando usamos un tenedor, un peine, un cepillo de dientes, un martillo, etc. Son algo más complejas, pues implica realizar una representación mental del objeto que queremos usar (tanto si lo usamos de verdad como si simulamos por mímica su uso) así como el conocimiento de su utilización.
Praxias visoconstructivas. Son las que implican funciones ejecutivas como la planificación, la seriación y la organización, así como la representación mental. Cuando formamos un puzle, una maqueta, colocamos las cosas en el carro de la compra o realizamos un dibujo estamos realizando una praxia visoconstructiva.
praxias
Praxias orofaciales. Son aquellas que se refieren a los movimientos que realizamos con la cara con una finalidad, tales como mover los labios para silbar, para comer, para sacar la lengua, para dar un beso, etc., o los ojos para cerrarlos con fuerza, subir las cejas ante una sorpresa, etc.
Praxia del vestido. Se refiere a aquellos movimientos encaminados a vestirnos y calzarnos correctamente. Implica saber el orden de las prendas, su correcta puesta (las camisas con los botones hacia adelante, los pantalones puestos por los pies, los calcetines antes que los zapatos, etc.).
En las personas con procesos neurodegenerativos es común que estas praxias se vean alteradas (apraxia): imaginemos que que queremos que nuestro familiar se vista y se calce para venir al centro de día. Cuando llegamos a la habitación, habiendo dejado la ropa y los zapatos, nos encontramos con que tiene la camisa puesta al revés, las zapatillas de estar por casa y no tiene pantalones o ha intentado ponerse una camiseta en las piernas a modo de vestido. También puede ocurrir que no utilice los cubiertos correctamente o que intente usar objetos erróneamente, como el cepillo de dientes para peinarse o las llaves de casa para escribir. Todo ello implica un deterioro en las praxias, además un posible deterioro en otras áreas cognitivas.
¿Qué cosas puedo fomentar en mi familiar para que estas praxias se vean estimuladas?
Coser, pintar, cocinar, vestirse todos los días así como desvestirse, colaborar en el aseo, a la hora de poner la mesa, doblar papeles, usar diferentes utensilios del día a día (cosas con cremalleras, botones, pinzas de la ropa, cerradoras, etc.) son diferentes cosas que pueden fomentar su mantenimiento. Se pueden realizar de manera voluntaria y autónoma, con supervisión, por moldeado y por modelado.
Cuando la apraxia aparece, suele cursar con problemas de conducta en las personas con deterioro cognitivo. Puede aparecer tristeza, frustración, enfado, apatía, etc. Es importante valorar cómo se encuentran las praxias dentro de la evaluación de las funciones cognitivas, para delimitar dónde está el problema y cómo podemos afrontarlo de la mejor manera posible.
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